Contrato a través del cual una entidad (cedente), cede a otra (reasegurador), y ésta acepta, la cobertura de uno o varios riesgos que habían sido asumidos por la primera. El reaseguro permite una nivelación o equilibrio en las carteras constituidas, evitando la posibilidad de que un determinado siniestro haga peligrar la estabilidad económica de la entidad. Las circunstancias que presiden la existencia del reaseguro son, tanto para la entidad aseguradora como para la reaseguradora, la necesidad de que exista un adecuado fraccionamiento en los riesgos asumidos, así como de que se dé un cierto grado de homogeneidad entre los mismos, tanto en su cantidad como en su calidad.